Tal como lo dice el título el partido del sábado pasado frente a Turbina F.C. (el clásico bah) no era para que terminaramos sufriendo y venciendo por la mínima (3 a 2).
Desde un primer momento nuestro conjunto fue superior en todas las líneas de juego, en defensa: Fede y Juan mostrando la regularidad para arriba de los últimos cotejos, y el "mosaico" (de Moisés, -por lo de la barba-) Pancho, poniendo garra y corazón a más de un juego atildado y seguro que evitaba avances de rivales.
En el medio Mune corrió hasta el martirio (se nota que está saliendo a perseguir chicas por el parque Alem), clavó un golazo de tiro libre (otro más) y luego dió asco en nuestro arco.
Eze y Joaquín haciendo uno boludeces en vez de definir, y el otro el trabajo sucio que sirvió de mucho (ya sabemos quien es uno y quien es otro).
Y el Gusti, que al momento de la definición de lo que debió haber sido el cuarto gol de nuestro equipo, se hizo mierda al doblarse la rodilla buena (menos mal), y de allí en más, el avance de los rivales, que con uno más, se vinieron a tropel, logrando los dos descuentos. Para información de la prensa del rubro, debemos decir que la lesión quedó tan solo en una torcedura o esguince, y nada más, ahora lo que sí, el Gusti debe darle duro y parejo al ejercicio y sulfato de glucosamina, para fortalecer los tendones, ligamentos y otras mierdas afines.
En suma, un más que buen juego de nuestro equipo mientras se jugó con los catorce jugadores y luego a aguantar con la pelota. Se debió ganar por cuatro o cinco goles y no exageramos en la cifra.
El jueves a la noche, joda.
Achucarro se encuentra en Miami, producto del choreo de guita que nos hizo con el verso de las camisetas nuevas. Los chavez en cualquier momento son excomulgados de nuestra institución por encubridores y partícipes del atraco.
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