Animalitos de nuestra patria futbolera (Capítulo XI).-

Así es amigos, por fin ha llegado el día, con Uds. el viejito (como lo llaman los organizadores del torneo), el gran grande, el absoluto absolutista, el infinito infinitadorista.... Walter Molina.
Con ustedes, WAL-TER-CER DÍA CREO EL VERDE CESPED EN DONDE LUEGO POR SOBRE ENCIMA DE ESTE, SE JUGARÍA AL FUTBOL!.- Sí, hoy nos toca presentar al más añejo de los seres que podamos conocer, de él ha emanado el universo, lo han seguido millones de personas sin conocer jamás sus facciones, es ni más ni menos que Dios en toda su magnanimidad, se ha revelado el secreto mejor guardado por la Iglesia Católica desde tiempos inmemoriales. Dios no solo camina entre nosotros, sino que juega en nuestro equipo, y de último hombre (que paradoja, el primero juega de último).
Sin lugar a dudas que esta revelación mañana será tapa de todos los matutinos universales, opacando la labor de David Nalbandian en la Davis.
En el fresco que se encuentra arriba, (techo de la Capilla Sixtina, para los despistados), luce con todo su aura teológico, nuestro defensa estrella, en momentos en que daba creación al primer hombre (lo que no sabemos es quien lo retrató de manera tan exacta).
Se comenta asimismo, que el COCO ha encontrado la solución a los problemas de las sucesivas derrotas del equipo, y piensa acudir a la solución divina de colocar a Dios como delantero, para que con su mano por lo menos hagamos un gol trucho, pero gol al fin; sin embargo, fiel al dicho popular los rivales ya nos han advertido que de nuestra situaciòn no nos salva ni Dios (al mismo tiempo se dice que lo que ha hecho famoso a nuestro Señor, no es la mano de Dios, sino la que agarra con la mano Dios).
Por último les decimos con total convencimiento: esta noche antes de irse a dormir, récenle algunas oraciones a Walter, a ver si mañana de una vez por todas, no perdemos.
Hasta la proxima, saludos a todos.

PD: Alguien sabe algo del pelotudo que hace comentarios bastante pajeros en nuestra página?
Tampoco es para volverse loco, porque es bien pelotudo, en serio.